Al agua, pecho

Como si el país no tuviera suficientes crisis que atender, súmele ahora la del agua. Los efectos nefastos del cambio climático, inducidos principalmente por las actividades industriales de países desarrollados, llegaron para quedarse. Hace tiempo que suenan las campanas, pero todavía hay países, funcionarios, ejecutivos de empresas y gentes que se empecinan en mirar para el otro lado. Otros lo hacen echando culpas sueltas incluyendo a un Dios que nos castiga y hay que temerle. Maltratar a la naturaleza cuesta, y eso es otra cosa. El precio es alto cuando se destruye el espacio de vida.

Arturo Massol Deyá

 

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